miércoles, abril 26, 2006

Teléfonos Públicos

El proceso que viene después de tratar de recuperar una moneda de 100 pesos que te tragó un teléfono público es verdaderamente asombroso. Llamar al número que aparece en un autoadhesivo sobre el mismo teléfono, que si no está despegado, está rayado, esperar la atención, al fin te comunicas, explicas paciente y detalladamente y lo que te piden es que esperes al lado del teléfono cerca de 1 hora para que llegue un técnico, verifique si efectivamente se tragó tu moneda y este se digne a devolvértela. Después de eso, lo único que piensas es en regalarle los $100 a esa humilde transnacional telefónica que perder tanto tiempo (como si todos tuvieran 1 hora que perder esperando) y pasar tantos malos ratos en el intento.
Yo le propongo a Telefónica lo siguiente, que mejor cree un sistema de cuenta corriente con todas las monedas que se tragan sus malditos teléfonos y que uno llame y reporte el incidente, ellos comprueben tranquilamente y vayan sumando a la cuenta de uno cuando consideren que es efectiva la denuncia, con lo frecuente del drama, pienso yo que sería tremenda forma popular de ahorro, sobre todo para aquellos que no tienen acceso a otro medio de comunicación que el teléfono público, ni acceso al selectivo sistema bancario chileno. Como buena cuenta de ahorro, también debiera reportar intereses, ojalá similares al 30% que aplica la empresa en los atrasos de las cuentas, de seguro los bancos alegarían por competencia desleal y tratarían de inventar un producto con los pesos que te quedan debiendo cuando cambias un cheque y no tienen monedas. Un nuevo nicho que fomenta el ahorro, donde ¡Seríamos todos clientes frecuentes!

¿A qué diputado le podrá interesar gestionar algo así?

De no prosperar esta iniciativa, les aseguro al menos que los teléfonos estarían en buen estado y que el tema de la monedita, que a veces es de $500 (porque tambien se pueden meter 500 pesos en estos aparatos) se termine para siempre.

Dejemo este texto hasta aquí, miren que el tema da para mucho, ya tengo incluso ideas que me llevarían al mismísimo parlamento, mejor me voy a hacer una llamada, cien pesos más, para una pequeña transnacional que a veces pesa tanto o más que un poco austero dolor de cabeza. ¡Olé!